Lectura Espiritual Duodécimo artículo del Credo Y la vida eterna

La Corte Celestial, siglo XVII — Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa


El último artículo del Credo nos enseña que, después de la vida presente, hay otra, o eternamente bienaventurada para los escogidos en el cielo o eternamente infeliz para los condenados al infierno.

No podemos comprender la bienaventuranza de la gloria, porque sobrepuja nuestro limitado entendimiento y porque los bienes del cielo no pueden compararse con los bienes de este mundo. 

La bienaventuranza de los escogidos consiste en ver, amar y poseer por siempre a Dios, fuente de todo bien.

La infelicidad de los condenados consiste en ser privados por siempre de la vista de Dios y castigados con eternos tormentos en el infierno.

Los bienes del cielo y los males del infierno son ahora únicamente para las almas, porque solamente las almas están ahora en el cielo o en el infierno; pero después de la resurrección, los hombres serán o felices o atormentados para siempre en alma y cuerpo.

Los bienes del cielo para los bienaventurados y los males de infierno para los condenados serán iguales en la sustancia y en la duración eterna; más en la medida o en los grados serán mayores o menores, según los méritos o deméritos de cada cual.

La palabra amén al fin de las oraciones significa: así sea; al fin del Credo significa: así es, que vale tanto como decir: creo que es la pura verdad cuanto en estos doce artículos se contiene y estoy más cierto de ello que si lo viese con mis propios ojos (Catecismo Mayor de San Pío X, Ed. Magisterio Español, Vitoria, 1973, p. 36).     



Nuestra Señora de Caype San Camilo de Lelis
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Nuestra Señora de Caype



Tesoros de la Fe N°31 julio 2004


Nuestra Señora de Caype
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