Madre de la Divina Gracia
Al comenzar un nuevo año, es natural que nos volvamos hacia la Virgen Madre para impetrar su protección, tal como lo hiciera hace dos mil años el mismo Niño Dios en la gruta de Belén. Mas, en la actual época de incertidumbres y crisis en que vivimos, de raíz principalmente religiosa y moral, ¿qué diría la Santísima Virgen a quien se arrodillase delante de una imagen suya, como por ejemplo, la de la Medalla Milagrosa?
Plinio Correa de Oliveira imaginó admirablemente para nosotros esta escena y puso en los labios de la Inmaculada estas tiernas palabras:
En mí verás: El reflejo sin mancha de la Bondad increada y absoluta, Todo cuanto quiero dar porque soy buena, Todo cuanto deseo conceder porque soy Madre, Todo cuanto puedo dar porque soy Reina.
Todo ello, hijo mío, lo voy irradiando sobre los hombres. Esta imagen mía, no te dice una sola palabra. Sin embargo, hago algo mucho mejor que hablar a tus oídos: te comunico una gracia que te habla en el fondo del alma. ¿Notas en ti esa paz que transborda de mi Corazón Inmaculado, que te envuelve, que te penetra por completo? Esa paz que ninguna alegría terrena puede traer, y que te hace sentir una tranquilidad interior en la cual resuena mi voz inaudible. En lo que concierne a tus justos anhelos, ¡todo está resuelto! Y aquello que no lo estuviere, se resolverá oportunamente, según los designios amorosos de Dios. Confía en mí, que todo lo resolveré.
Acepta esta sonrisa, Ponle atención a la voz de la gracia. Imprégnate de esta bondad, Y no dudes jamás. 
|
¿El coronavirus es un castigo divino?
|
|
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
|
|
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
|
|
Remedio seguro contra la “coronafobia”
|
|
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus
|
|
Santo Toribio de Mogrovejo
|
|
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
|
|
Santa Bernadette Soubirous
|
|
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
|
|
Fiesta de gloria y de paz
|
|
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
|
|
Cristiandad
|
|
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
|
|
La Asunción de María Santísima
|
|
¡Vade retro Satanás!
|
|
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
|
|
La Madonna de Monte Bérico
|
|
Remedio seguro contra la “coronafobia”
|
|
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
|
|
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
|
|
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
|
|
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
|
|
Grandezas y glorias de San José
|
|
Presencia diabólica en el mundo de hoy
|
|
Los rostros de la Virgen en el Perú
|
|
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
|
|
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
|
|
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta
|
|
Nº 232 / Abril
de 2021
Santo Toribio de Mogrovejo
Gloria de la Iglesia y del Perú
Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, Arzobispo de Lima, Anónimo – Óleo sobre tela, Museo Nacional de Bellas Artes,
Buenos Aires
Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima
Santoral16 de abril
Santa Bernardita de Soubirous +1879 + Nevers - Francia. Nació en Lourdes (Francia) en 1844. Hija de padres supremamente pobres.
Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Santísima Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Nuestra Señora le dijo: "No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra".
El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!" Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años.
Más información aquí.
|