“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
Página Mariana
La Virgen del Lago o de Copacabana - Patrona de Bolivia
El Santuario se yergue majestuoso a orillas del Lago Titicaca, a unos 3,850 m.s.n.m. y a escasos 8 km. de la línea fronteriza con el Perú. Para confirmar la evangelización, la Divina Providencia inspiró a un indio de sangre real la confección de una imagen de la bienaventurada Virgen María.
Décimo Mandamiento de la Ley de Dios: No codiciarás los bienes ajenos
El décimo mandamiento nos prohíbe el deseo de quitar a otros sus bienes y el de adquirirlos por medios injustos. Dios prohíbe los deseos desordenados de los bienes ajenos porque quiere que aun interiormente seamos justos y que nos mantengamos siempre muy lejos de las acciones injustas.
Grandiosa procesión y consagración de Lisboa a la Virgen de Fátima
En una impresionante manifestación de fe, medio millón de personas acompañaron por las calles a la Imagen de Nuestra Señora de Fátima, venida de la capilla de las apariciones para la consagración de la capital portuguesa. Fátima continúa ocupando un papel central en el desarrollo de los grandes acontecimientos mundiales.
Espiritismo y reencarnación de los cuerpos
La Santa Iglesia, en sus decretos sobre el espiritismo, prohíbe terminantemente bajo pena de pecado mortal y conforme el caso hasta de excomunión, que un católico frecuente cualquier culto en que se invoque a las almas de los muertos.
Santa Margarita de Cortona
La belleza del arrepentimiento y de la penitencia puede ser admirada en esta santa medieval que, después de una vida pecaminosa se convirtió, haciéndose taumaturga y una gran mística.
+300, d.C. + Calahorra. Nacidos en León, hijos del centurión y mártir Marcelo, estos hermanos formaron también parte de las legiones romanas hasta que se decretó la persecución de los cristianos. Decidieron entonces entregarse al procónsul de Calahorra declarando su fe y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su religión, por lo que fueron condenados a morir decapitados a las orillas del río Arnedo el 13 de marzo del año 300.