“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
Página Mariana
La Virgen del Carmen de la Legua
Un rico comerciante que habría partido probablemente desde Centroamérica a la Ciudad de Los Reyes, estuvo a punto de naufragar frente a nuestras costas. En tal apremio, imploró la intercesión de la Virgen María. La rada adonde pudo aportar, fue el Callao.
De los dones del Espíritu Santo
Los dones del Espíritu Santo son singulares y extraordinarias gracias con que Dios enriquece a las almas que le sirven con perfección, disponiéndolas para seguir con docilidad las divinas inspiraciones y practicar las virtudes.
El Evangelio de Judas y el proceso de “autodemolición” en la Iglesia
La noticia sobre un viejo papiro de 1700 años dio la vuelta al mundo con gran orquestación publicitaria, sobre todo en abril pasado. Su contenido es tan ofensivo como falso: ¡Judas habría sido el discípulo perfecto del Redentor!
¿Existe alguna restricción en la edad para casarse?
Nada consta en el Código sobre la diferencia de edad entre los novios. Pero debe también prestar atención en las costumbres establecidas en el ambiente que lo rodea, y así ya habrá percibido cómo una gran diferencia de edad suele chocar no sólo a los miembros de la familia como a la sociedad en general.
Esterilidad, vida matrimonial y santidad
Por el Código de Derecho Canónico (canon 1084, § 3), “la esterilidad no prohíbe ni dirime el matrimonio”, máxime si ella resulta de una cirugía que se hizo necesaria posteriormente, por motivos de salud. Así, la esterilidad no elimina los derechos del matrimonio, entre los cuales se enumera la práctica de los actos conyugales.
Santa Isabel de Portugal
Isabel pensaba consagrar a Dios su virginidad, pero por una iluminación divina y la recomendación de su confesor comprendió que, como princesa, debería aceptar un esposo y hacer brillar en el trono las virtudes evangélicas.
+300, d.C. + Calahorra. Nacidos en León, hijos del centurión y mártir Marcelo, estos hermanos formaron también parte de las legiones romanas hasta que se decretó la persecución de los cristianos. Decidieron entonces entregarse al procónsul de Calahorra declarando su fe y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su religión, por lo que fueron condenados a morir decapitados a las orillas del río Arnedo el 13 de marzo del año 300.