Especiales Y Jesús miró a San Pedro...















«Ojos claros, serenos, que vuestro Apóstol Pedro han ofendido, mirad y reparad lo que he perdido. Si atado fuertemente, queréis sufrir por mí y ser azotado, no me miréis airado, porque no parezcáis menos clemente. Pues lloro amargamente, volved ojos serenos, y pues morís por mí, miradme al menos» (Francisco Guerrero, 1528-1599).














San Pedro interpelado por la criada niega a Jesús (cf. Mt. 26, 69-75). La negación de San Pedro, Nicolás Tournier, 1625 — Museo del Prado, Madrid



¿Los santos en el cielo son omniscientes, omnipresentes y omnipotentes? La tristeza santa del Divino Crucificado
La tristeza santa del Divino Crucificado
¿Los santos en el cielo son omniscientes, omnipresentes y omnipotentes?



Tesoros de la Fe N°64 abril 2007


Y Jesús miró a San Pedro…
Y Jesús miró a San Pedro... La tristeza santa del Divino Crucificado Amar la Cruz El convento-fortaleza de Tomar y la Caballería de Cristo De la Devoción a la Virgen María (I) Santa Gema Galgani ¿Los santos en el cielo son omniscientes, omnipresentes y omnipotentes?



 Artículos relacionados
Voz que atemoriza y consuela Cuando el Divino Redentor le restituyó a Malco la oreja cortada por la fogosidad de San Pedro, Nuestro Señor ciertamente le quería hacer un bien temporal. Pero al curarle el oído, Él quiso sobre todo abrirle el oído del alma...

Leer artículo

La Sagrada Túnica venerada en Alemania La ciudad alemana de Tréveris (Trier en alemán), próxima de Luxemburgo y de la frontera con Francia, es considerada la capital de la antigüedad romana en Alemania...

Leer artículo

Una oportuna aplicación para el hombre moderno El significado profundo de la Semana Santa Por ocasión de la Semana Santa de 1989, un grupo de jóvenes le pidieron al Dr. Plinio Corrêa de Oliveira que hiciera algunos comentarios sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo...

Leer artículo

Cristo murió y resucitó La Santa Iglesia se sirve de las alegrías vibrantes y castísimas de la Pascua para hacer brillar ante nuestros ojos —hasta en las tristezas de la situación contemporánea— la certeza triunfal de que Dios es el supremo Señor de todas las cosas; de que Cristo es el Rey...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino