Palabras del Director Nº 137 - Mayo 2013 - Año XII

Estimados amigos:

Hoy presentamos como Tema del Mes un artículo de nuestro colaborador Luis Dufaur sobre las visiones y revelaciones de la Beata Isabel Canori Mora (1774-1825), ocurridas un siglo antes que las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima.

La Beata escribió tales visiones en centenares de páginas de su puño y letra que fueron confiadas a su confesor. Tales manuscritos están hoy celosamente guardados en el archivo de los Padres trinitarios, en la parroquia de San Carlino, en Roma.

Vemos así cómo la Divina Providencia, desde comienzos del siglo XIX, ya alertaba al género humano sobre un gran castigo y la necesidad de oración y penitencia, al mismo tiempo que anunciaba el triunfo final de la Santa Iglesia. Justamente como la Madre de Dios lo hizo en Fátima a los tres pastorcitos, en 1917, al comunicarles su grandioso mensaje.

De otro lado, tal insistencia en advertir a la humanidad pecadora se reviste de una gravedad particular. Los hombres, alertados desde hace tanto tiempo, se colocan en una situación semejante a la del hijo desobediente, que continuamente recibe de su padre advertencias de que será castigado, si no se enmienda. Cada vez que la sanción es pospuesta, se van acumulando razones para el empleo de un castigo aún más ejemplar.

¿Qué sucederá cuando el padre se canse y resuelva aplicar una sanción? En el Antiguo Testamento, Dios enviaba a sus profetas para advertir y convertir, después de las defecciones, y conducir al pueblo elegido. Ahora, Él nos envía a su propia Madre. «Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará» (Lc. 12, 48).

En Jesús y María,

El Director
La corona de Carlomagno Un grave desorden moral
Un grave desorden moral
La corona de Carlomagno



Tesoros de la Fe N°137 mayo 2013


La Santísima VirgenEl gran medio de perseverancia y salvación
Nº 137 - Mayo 2013 - Año XII Un grave desorden moral Un siglo antes que Fátima la Providencia ya alertaba al mundo Dios nos dio una Madre incomparable San Felipe Neri Penitencia, un pedido de la Santísima Virgen en Fátima La corona de Carlomagno



 Artículos relacionados
La verdadera devoción a la Santísima Virgen La verdadera devoción a la Santísima Virgen es interior. Es decir, procede del espíritu y del corazón, de la estima que tienes de Ella, de la alta idea que te has formado de sus grandezas y del amor que le tienes...

Leer artículo

Rothenburg La sociedad en la Edad Media se dividía en tres clases. La más alta de ellas era el Clero, porque estaba constituida por personas consagradas a Dios, integrantes de la estructura de la Iglesia Católica Apostólica Romana...

Leer artículo

¿Tolerancia? Si se quiere encubrir un mal o favorecer y excusar un vicio, se grita a voz en cuello por “tolerancia”. Aparentan esos hidalgos de la tolerancia ¡que su famosa tolerancia es el gran distintivo de los hombres cultos! ¿Es así? Preguntamos: ¿Tolerancia? ¿Con quién o con qué cosa?...

Leer artículo

La transfiguración de Jesucristo Cierto día, El Redentor condujo a Pedro, Santiago y Juan sobre el Tabor, que es un monte alto de Palestina. Sobre este monte y en presencia de dichos apóstoles, se transfiguró de tal modo que su semblante resplandecía como el sol y sus vestiduras quedaron blancas como la nieve...

Leer artículo

Subiaco, la gruta de san Benito Las fotos nos presentan una vista actual del lugar de la famosa gruta en la que san Benito vivió durante muchos años en la soledad. Este lugar tan bendecido fue el punto de partida de la civilización cristiana, mientras ella florecía en Europa occidental...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino