Ambientes Costumbres Civilizaciones Escalando las más altas cumbres

Símbolo de que el Reino de los Cielos es de los violentos

Plinio Corrêa de Oliveira


Una montaña desafía al hombre: ¿quién tendrá el valor de emprender la escalada?

El desafío está en la atracción. No hay quien no sienta deseos de llegar hasta lo alto. No hay quien no desee bañarse en la luz expuesta en este panorama y quedar inmerso en ella. Pero, qué piedras escurridizas… Qué caminos resbaladizos y difíciles… ¡Cuánta energía será necesaria!

¡Gran lección moral! Realmente, las grandes luces están en las cumbres. Cumbres de la virtud, de la fe, de la sabiduría. Pero es necesario fuerza para trepar esas cumbres. Dice Nuestro Señor en el Evangelio que el Reino de los Cielos es de los violentos. Y sólo con violencia puede ser conquistado.

En la tierra, el hombre no existe apenas para el gozo de la vida, sino para ser héroe, para tener un alma capaz de practicar grandes acciones.

Imaginen este panorama sin elevaciones; todo su equilibrio quedaría perjudicado. Las montañas existentes en la tierra son columnas necesarias para el equilibrio terrestre.

El panorama parece de un cuento de hadas. La nieve se presenta tan apetecible, que se tiene ganas de comerla con una cuchara. Se imagina en un trineo con renos jalándolo velozmente por las nieves. Pero después de ello, ¿quién no pensará en subir la montaña y no sentirá tristeza al no poder escalar hasta lo más alto? Cumbre que puede ser alcanzada por penosas ascensiones, invitando a los hombres a escaladas aún más arduas, y que evoca el cielo de todos los ideales.

La Sagrada Escritura califica a la Santísima Virgen como “mons super montes positum” — un monte colocado sobre todos los montes. El pico más alto de la montaña representa a Nuestra Señora, más virginal, más nívea, más pura que todo cuanto se pueda imaginar. Los otros picos pueden simbolizar a los santos de la Iglesia Católica: cristalinos, brillantes, elevados. Pero nadie llega hasta Ella. Por encima de la Virgen Santísima, apenas Dios, representado por el cielo añil que creó, para indicarnos que Él está por encima de todo, y que sólo en la otra vida lo alcanzaremos. 

¿Puede un hijo presentar una queja a sus padres? Palabras del director Nº 138 - Junio 2013 - Año XII
Palabras del director Nº 138 - Junio 2013 - Año XII
¿Puede un hijo presentar una queja a sus padres?



Tesoros de la Fe N°138 junio 2013


¡Señor mío y Dios mío!Las Promesas del Sagrado Corazón de Jesús
Nº 138 - Junio 2013 - Año XII Las opiniones falsas y los vicios corruptores deben ser reprimidos Una nueva pieza teatral blasfema: “El Testamento de María” Las Promesas del Sagrado Corazón de Jesús Nuestra Señora de los Ardientes San Juan de Sahagún Algo más sobre el limbo ¿Puede un sacerdote confesar a un no católico? ¿Puede un hijo presentar una queja a sus padres? Escalando las más altas cumbres



 Artículos relacionados
¿Puedo confesarme con un sacerdote por teléfono o e-mail? Quisiera confesarme, pero con la pandemia y la exigencia del llamado “distanciamiento social”, no encuentro con facilidad a un sacerdote que me atienda...

Leer artículo

San Remigio de Reims Nacido alrededor del año 436, hijo de santa Celina y de Emilio, conde de Laon, señor de enorme mérito, era hermano de san Principio, que fue obispo de Soissons...

Leer artículo

Lágrimas, milagroso aviso Los diarios del 21 de julio de 1972 publicaron una fotografía procedente de la ciudad de Nueva Orleans, en los Estados Unidos, en la cual se veía una imagen de Nuestra Señora de Fátima vertiendo lágrimas...

Leer artículo

¿Se debe dar crédito a toda y cualquier aparición de Nuestra Señora? Según el Apocalipsis 7, 15 los santos prestan culto a Dios día y noche, por lo que les es imposible manifestarse en espíritu en este mundo. Valiéndose de ello, el diablo nos puede engañar, tomando la apariencia y la forma de alguno de ellos (2 Cor 11, 14)...

Leer artículo

Palmeras imperiales Aquellas palmeras ostentan, como vegetales, la belleza de las cosas directamente creadas por Dios. Es un alineado de palmeras muy bonito, grandioso, proprio a determinar movimientos de alma de entusiasmo. ¿Por qué entusiasma? Si el entusiasmo es bueno, aquello debe agradar los elementos de orden que existen en el hombre...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino