Ambientes Costumbres Civilizaciones Bienes del alma en la vida popular

Plinio Corrêa de Oliveira

El Museo Nacional de Arte Antiguo, de Portugal, guarda entre otras preciosidades el Nacimiento de San Vicente de Fora, realizado por Joaquim Machado de Castro (1731-1822).

Si bien la intención del escultor haya sido la de representar a gente del campo de Judea, en la época del nacimiento de Nuestro Señor, andrajosa, como muchas veces lo eran los pastores en Oriente, no obstante, los tipos humanos, las fisonomías, los gestos y los modos de ser que plasmó en su obra corresponden a personas del ambiente que rodeaba al artista, esto es, a la gente sencilla del campo portugués del siglo XVII.

*     *     *

Al considerar a primera vista esta escena, uno u otro observador experimentará una sensación de desorden. Estamos habituados a las masas disciplinadas y sin alma de las grandes ciudades modernas, que vemos llenar silenciosamente los cines, o atravesar sombría y apresuradamente los cruces de las calles, cuando el silbato de un guardia o una señal luminosa detiene el tránsito de los vehículos para dejarlas pasar. Multitudes sin alma y estandarizadas, hasta cuando aplauden al unísono en las grandes manifestaciones colectivas, como si fueran un solo ente inmenso en el que se habrían disuelto las personas, como gotas de agua que se funden en el mar.

En esta perspectiva, este montón de gente causa extrañeza. Todos, habiendo escuchado el mensaje angélico, corren hacia el pesebre. Hasta el perro del primer plano, tiene prisa. Pero en cada figura la nota personal es tan peculiar, que el grupo en su conjunto tiene algo de efervescente y caótico.

Y en efecto, cada rostro, cada modo de andar o de correr, expresa una reacción enteramente personal con relación a la Buena Nueva. Los dos muchachos que van al frente, parecen simplemente movidos por la curiosidad. Es la despreocupación real y a menudo excesiva de su edad. Un campesino, ya más maduro, con los ojos dilatados y brillantes por la alegría, y una fisonomía inteligente, parece intuir con mucho discernimiento el alcance del gran acontecimiento.

Más atrás, un anciano con un sombrero de ala ancha levantada, grita y llora de emoción. Al fondo un personaje con un capuchón y barba blanca, a un tiempo veloz y meditativo, se muestra profundamente impresionado.

*     *     *

Cada alma, en este grupo de lúcidos analfabetos, es como un mundo interior del cual brota la expresión de una personalidad pujante.

Ignorantes, iletrados, no fueron sometidos a los terribles procesos de estandarización de la civilización mecánica de nuestro siglo. No tienen el pensamiento impuesto por los mismos periódicos, la sensibilidad modelada por el mismo cine, la atención subyugada durante todo el día por la atracción magnética de la radio y la televisión.

Y esto nos recuerda el trecho admirable y nunca suficientemente citado de Pío XII, sobre “pueblo y masa”:

“Pueblo y multitud amorfa o, como suele decirse, masa, son dos conceptos diferentes. El pueblo vive y se mueve por vida propia; la masa es de por sí inerte y no puede ser movida sino desde fuera. El pueblo vive de la plenitud de vida de los hombres que lo componen, cada uno de los cuales —en su propio puesto y a su manera— es una persona consciente de sus propias responsabilidades y convicciones. La masa, por el contrario, espera el impulso del exterior, fácil juguete en las manos de cualquiera que sepa manejar sus instintos o sus impresiones, pronta para seguir alternadamente hoy esta bandera, mañana aquella otra.

“De la exuberancia de vida de un verdadero pueblo, la vida se esparce, abundante y rica, por el Estado y por todos sus órganos, infundiendo en ellos, con vigor incesantemente renovado, la conciencia de su propia responsabilidad, el verdadero sentido del bien común” (Radiomensaje de Navidad de 1944).

San Pedro Tomás Palabras del Director Nº 253 – Enero de 2023 – Año XXII
Palabras del Director Nº 253 – Enero de 2023 – Año XXII
San Pedro Tomás



Tesoros de la Fe N°253 enero 2023


El galeón sumergido Símbolo de la esperanza
Enero de 2023 – Año XXII El patrimonio más valioso es la herencia espiritual Un protagonista de la vida de la Iglesia Paseo en burro por la playa El matrimonio después de Cristo El galeón sumergido:símbolo de la esperanza La Santísima Virgen glorificada en Shimabara San Pedro Tomás Bienes del alma en la vida popular



 Artículos relacionados
¿Puede un obispo o sacerdote prohibir la comunión en la boca? El Concilio de Trento declaró que la costumbre del sacerdote celebrante de comulgar con sus propias manos, y después distribuir la hostia a los fieles, es una tradición apostólica (ses. 13, c. 8)...

Leer artículo

Una plazuela de Venecia: Intimidad ceremoniosa y suave La pequeña plaza de Venecia que aparece en la ilustración causa una primera impresión en el observador: es una plazuela en la que, sin duda alguna, esta presente una vida con intimidad...

Leer artículo

¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre las artes marciales? La pregunta puede interesar no solamente a jóvenes lectores deseosos de practicar algún deporte de autodefensa, sino también a padres de familia que, con la intención de dar buena formación y sana distracción a sus hijos, piensan en la posibilidad de matricularlos en alguna academia de artes marciales, como karate, judo, etc...

Leer artículo

San Mateo Mateo, “hijo de Alfeo”, como dice san Marcos (2, 14), se llamaba también Leví, por la costumbre que tenían los hebreos de un segundo nombre, como Saulo y Pablo...

Leer artículo

Santo Tomás Apóstol Los evangelistas muy poco registran de la vida de los doce hombres providenciales por cuyo intermedio la Santa Religión fue predicada en casi todo el mundo civilizado de la época. Con excepción de san Pedro y san Juan Evangelista, los Evangelios nos proporcionan pocos datos a respecto de los demás...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino